La última vez que escribí en este blog fue hace algo más de un año. Muchas cosas han pasado desde entonces… y tantas. He vuelto de mi aventura por tierras madrileñas: he disfrutado mucho, la verdad: he conocido a gente interesante, grandes amigos que seguro me volveré a encontrar mas tarde o temprano frente a la mesa de un bar, he vivido una gran etapa de mi vida que seguro seguirá aportándome nuevas piezas que conforman ese puzzle que más de uno de nosotros llama “Camino de la vida” y que seguro nos llevará a un buen destino a pesar de que haya más de un charco que pisar.
En estos momentos mis ojos se han clavado en un siguiente destino: Edimburgh. Nosé… muchos me han preguntado y aún no les he sabido qué contestar:¿Por qué Edimburgo? La ciudad tiene algo que me atrae, eso no voy a negarlo. Tal vez su especial emplazamiento, el majestuoso castillo que vigila cada mañana la ciudad o simplemente sea mi única razón para demostrarme muchas cosas a mi mismo…
Mi sangre necesita aventura, sentir que los glóbulos rojos circulan a una velocidad y dirección diferente, notar que el pulso suena a un ritmo peculiar…
Con todos ustedes… EDIMBURGH me espera y yo a ella!
En estos momentos mis ojos se han clavado en un siguiente destino: Edimburgh. Nosé… muchos me han preguntado y aún no les he sabido qué contestar:¿Por qué Edimburgo? La ciudad tiene algo que me atrae, eso no voy a negarlo. Tal vez su especial emplazamiento, el majestuoso castillo que vigila cada mañana la ciudad o simplemente sea mi única razón para demostrarme muchas cosas a mi mismo…
Mi sangre necesita aventura, sentir que los glóbulos rojos circulan a una velocidad y dirección diferente, notar que el pulso suena a un ritmo peculiar…
Con todos ustedes… EDIMBURGH me espera y yo a ella!
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